La Mezquita Şakirin se encuentra en la parte asiática de Estambul, aproximadamente a mitad de camino entre Kadıköy y Üsküdar, lejos de las rutas turísticas habituales. El 27 de diciembre de 2017 cogí el autobús línea 12A que va desde la estación de autobuses de Kadıköy hasta la parada Zeynep Kamil Hastanesi. Esta parada está situada a unos metros de la entrada al enorme recinto del Cementerio de Karacaahmet. Nada más acceder, a la derecha, se puede ver todo el conjunto de la Mezquita Şakirin sobre un pequeño altozano, con el patio de las abluciones, la cúpula blanca y los dos minaretes.
Se suben unas escaleras junto a las cuales hay una dedicatoria a İbrahim y a Semiha Şakir (de cuyo apellido deriva el nombre de la mezquita). Lo primero que aparece delante del visitante es el maravilloso patio de abluciones, con muchas ventanas cuadradas con enrejados para filtrar la luz. En el centro hay una fuente circular con una gran bola metálica en el centro que refleja todo el patio.
El interior de la mezquita es espectacular, con colores muy agradables y cálidos. Hay muchísima luz que entra por los ventanales pero que se filtra por enrejados dorados y azules. El mihrab es ovalado, y verde por fuera y redondo y dorado por dentro. A su derecha está el elegante mimbar de color blanco. Del techo, en el centro de la sala, cuelga una enorme lámpara con decenas de láminas de cristal que descienden hasta adquirir la forma de pequeñas gotas de agua. Hay una franja de color rojo en caligrafía árabe dorada encima de los ventanales, en tres de las cuatro paredes. Finalmente, la zona de las mujeres, enfrente del mihrab es, sin duda, el mejor mirador. Únicamente me encontré con un hombre tumbado y durmiendo, por lo que pude disfrutar prácticamente solo de esta maravilla.
Por detrás de la mezquita hay un parking.
Después de permanecer un buen rato en la mezquita, anduve unos minutos por el Cementerio de Karacaahmet. Es el cementerio más grande de Turquía y el más antiguo de Estambul (siglo XIV). Tiene innumerables cipreses y miles de tumbas, algunas de ellas muy lujosas.
El sábado 7 de marzo de 2020, por la tarde, regresé a este lugar.
Si en la primera visita había hecho el trayecto desde Kadıköy, esta vez salí de Üsküdar, es decir en dirección contraria a la vez anterior.
De la Estación del Marmaray, en el puerto de Üsküdar, cogí el metro línea M5 hasta Bağlarbaşı. Bajé en esta parada y anduve unos 100 metros o menos hasta la parada de autobús de Marmara Üniversite Ilahiyat Facültesi. Allí cogí uno de los muchos autobuses que van en dirección a Kadiköy, y paré unos cinco minutos después en la parada Zeynep Kamil Hastanesi, justo enfrente de la verja de entrada al Cementerio de Karacaahmet, al otro lado de la avenida Nuhkuyusu Caddesi.
Había bastante gente en el cementerio y en los alrededores de la mezquita. Dentro de la mezquita, en cambio, sólo había algunos hombres rezando y, una vez más, me encantó la belleza del interior, la luz y la paz que se respira allí.