La Mezquita de Eski Imaret se encuentra al final de la pequeña calle Küçük Mektepli. Fue una iglesia durante época bizantina. Poco después de la conquista otomana se convirtió en mezquita y durante un tiempo fue la cocina pública, o imaret, de la cercana Mezquita de Fatih.Hay dos teorías acerca de la iglesia bizantina previa a la mezquita. Una teoría sostiene que ahí estuvo la Iglesia de San Salvador Pantepoptes ("el Cristo que todo lo ve") y otra, más reciente, que se trataba de la Iglesia de Cristo Akataleptos.
Sea lo que fuere su estructura es inconfundiblemente bizantina: toda ella de ladrillo rojo, con una pequeña cúpula, muchas ventanas, tres ábsides y doble nártex. Es del estilo de la Mezquita de las Rosas o de La Mezquita de Kalenderhane. Tiene además grandes ventanas que me parece que no han sido demasiado modificadas desde que se construyó. Es realmente bonita y más todavía si el día es soleado ya que los ladrillos rojos brillan al sol.
En marzo de 2013, poco antes del anochecer, tras visitar por fuera la Mezquita de Mollazeyrek, seguí callejeando hacia la cima de la cuarta colina en busca de la Mezquita de Eski Imaret. Las calles eran muy estrechas en general.
Me pareció un barrio muy conservador porque había muchas señoras con velo y tanto ellas como los hombres iban en grupos. Había muchísimos niños en las calles. Se iba a hacer pronto de noche y temía no encontrarla antes de que empezara la oración. Finalmente, llegué allí un poco más de las 5:30.
Estaba cerrada. Quizás, si hubiera esperado un poco, la habrían abierto y habría conseguido verla. Un chico joven me preguntó qué buscaba. Seguro que me lo dijo con buena intención, con idea de ayudarme, pero me dio un poco de miedo; le contesté de forma un poco monosilábica y me fui de allí rápidamente.
Volví a esta mezquita en diciembre de 2013, por la mañana muy pronto. El día era frío pero muy soleado, y todo me pareció totalmente diferente a la vez anterior. Enfrente de la entrada hay, creo, una escuela coránica porque había varios chicos bastante jovenes con barba, asomados a una ventana. La mezquita estaba abierta. No había nadie. A diferencia del exterior, por dentro es muy sobria, con techos y paredes encalados y no demasiado mobiliario. Ha mantenido más o menos la estructura bizantina pero, seguramente, poco de su disposición y nada de su decoración. Lo que más me llamó la atención fue el dintel claramente bizantino de una puerta; se parecía a alguna de las puertas que he visto en Santa Sofía. Y también me gustó mucho su luminosidad.