Desde el Palacio Dolmabahçe o desde la puerta principal del Palacio Çırağan /Hotel Kempinski, hay varias líneas de autobús que llevan hacia allí. Sin embargo, yo quería coger uno que me dejara al lado de Rumeli Hisari. Cogí el 42T desde el Palacio Çırağan. La ruta cruza varias zonas del norte de Estambul, los barrios que se encuentran junto al Bósforo: Ortaköy, Arnavutköy, Bebek y Sarıyer. Casi todo el recorrido transcurre bastante cerca del mar por lo que se puede ver claramente la parte asiática.
Llegué a la parada de Rumeli Hisari en unos 20 minutos. La fortaleza se encuentra a unos pocos metros.
Fue construida por Mehmet II en 1452, poco antes de la conquista de Constantinopla. El sultán decidió que el lugar adecuado para su castillo estaba ahí ya que, en este punto, el Estrecho del Bósforo tiene menos anchura y así podría controlar mejor el Estrecho y estrangular toda posible ayuda a Constantinopla que viniera del Mar Negro.
Justo al otro lado, en la parte asiática, el abuelo de Mehmet había construido unas décadas antes otra fortaleza, Anadolu Hisarı.
Rumeli Hisarı fue una obra faraónica para su tiempo. En su construcción no se escatimó ningún recurso ni personal ni material, y en unos cuatro meses estaba ya terminada. Y cumplió muy bien su función. Después de la conquista se convertiría en cárcel.
Una vez más, Estambul me sorprendió. Sabía que este lugar iba a valer la pena pero nunca pensé que tanto. Es un paraje maravilloso, idílico, y las vistas son increíbles. El recinto amurallado está situado en una ladera bastante en pendiente que llega casi hasta el mar. Está prácticamente intacto, con enormes torres cilíndricas y octogonales a lo largo de su recorrido. Todo ello es de piedra, lo cual le da un aspecto muy sólido. Por dentro es un parque lleno de árboles y zonas verdes. Hay varios senderos que conducen a las diferentes torres.
Estuve un buen rato disfrutando del lugar y me habría quedado mucho más, pero tenía que seguir mi ruta.
Salí de Rumeli y, muy cerca de allí cogí uno de los numerosos autobuses que van hacia Kabataş, la última parada del tranvía T1, al lado del Palacio Dolmabahçe. Debía de ser hora punta porque el tráfico era infernal y hubo atascos y pitidos de coches durante todo el trayecto. Costó llegar alrededor de una hora.
Información general acerca de la Fortaleza de Rumeli Hisarı